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X Jornadas de la ELP. Cuerpos escritos, cuerpos hablados

19/11/2011
Tenemos un cuerpo, que es un cuerpo vivo, sexuado y mortal. El psicoanálisis parte de ahí y del hecho de que el cuerpo siempre goza, bajo la forma que sea. Por esta razón, el cuerpo ocupa un lugar fundamental en nuestra práctica.

X Jornadas de la ELP

Para Freud el síntoma somático, de conversión (“cuerpo extraño” que perturba las funciones corporales) es el paradigma de que hay enfermedades que hablan, que hay una verdad singular a descifrar. Freud articula lo psíquico y lo somático a través de la pulsión, y diferencia las afecciones orgánicas de la psicopatología que responde a representaciones mentales inconscientes.

Lacan, por su parte, establece la diferencia entre cuerpo y organismo. El cuerpo no se constituye de manera natural sino que es el resultado del encuentro con el lenguaje, de tal manera que el organismo resulta afectado, desnaturalizado y transformado en un cuerpo pulsional, objetal y sintomático, al punto de convertirse en enigma para el propio sujeto. En el cuerpo se inscriben las huellas mnémicas, que Freud describe como trazos en el aparato psíquico, que marcarán la vida de cada sujeto. Para Lacan serán las huellas de lalangue las que den consistencia a un cuerpo que se tiene sin esencia alguna.

Cuerpos escritos, que son cuerpos hablados porque el cuerpo es susceptible de servir de soporte al significante. Una palabra puede ser fuente de emoción, de angustia o de excitación que se experimenta directamente en el cuerpo. Los encuentros contingentes con esas palabras toman un estatuto particular para cada ser hablante. Es decir, las palabras no solamente tienen efectos de significado sino que también producen efectos de goce, letra y escritura en un cuerpo vivo y sexuado. Lacan dirá que lo más propio del cuerpo es su connivencia con el goce, no solamente del lado del placer sino también en su más allá, aquello que confina con el dolor.

La civilización actual se caracteriza por la precariedad del orden simbólico y la promoción del goce al cenit de lo social. Encontramos sus consecuencias en las manifestaciones sintomáticas del cuerpo: desde el rechazo del cuerpo en la histeria, los fenómenos del cuerpo propios de la psicosis, la hipocondría, los fenómenos psicosomáticos, hasta los “embrollos” y acontecimientos del cuerpo que se presentan en la clínica contemporánea bajo nuevas formas y modalidades, que nos invitan a reflexionar, al mismo tiempo que nos plantean las consecuencias sobre la práctica analítica.

La ciencia, con los avances en biología molecular e ingeniería genética, opera sobre lo real de la vida, promoviendo el ideal cientificista de un cuerpo sin falla alguna. No resulta extraño, entonces, que se desarrolle la cultura de la imagen y nuevas formas de culto al cuerpo, nuevas marcas y nuevas escrituras. La deriva tecnocientífica intenta suprimir el síntoma y anular la subjetividad. Para ello se hace ayudar de técnicas cognitivo-conductuales que persiguen la normativización, el control y el adiestramiento del cuerpo sintomático.

Para el psicoanálisis, por medio de ese lazo social inédito que es la transferencia, el sujeto puede aprehender las marcas que hicieron de su goce algo singular, único e irrepetible, para que algo pueda ser resuelto desde las soluciones que cada ser hablante encuentre en la cura.

Más información: http://www.elp-debates.com

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