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Seminario hacia el VII Congreso: SEMBLANTES Y SINTHOMA

El próximo Congreso de la AMP, el VII, tendrá lugar en París en el mes de abril de 2010. Como en cada edición de un acontecimiento como este, el tema escogido tiene la finalidad de orientar el trabajo y la reflexión de nuestra comunidad analítica, ya que siendo un vector común en nuestros diversos países y lenguas, cristaliza dejando su marca en la historia del psicoanálisis.
Poner en el lugar central estos dos términos: “semblantes y sinthome”, es en esta ocasión forzar a que entren a formar parte de nuestro discurso, un poco más si cabe, dos conceptos lacanianos no cualesquiera.
La clínica de Lacan que se inicia con la fórmula “ir más allá a condición de servirse” no es sin consecuencias. Se trata desde entonces de la semblantización no sólo del nombre del padre, sino también del sujeto supuesto saber, así como del objeto a mismo. De esta forma, la cuestión de los semblantes implica una orientación sobre toda la clínica, desde el inicio de la cura, hasta el final del análisis.
Se tratará entonces en este Seminario de avanzar en la formulación y el desarrollo en nuestra clínica, en nuestro discurso y en nuestro quehacer, de dos conceptos que comportan un desplazamiento hacia la última enseñanza de Lacan, y que se orienta hacia lo real.
La Comunidad de Cataluña toma entonces a su cuenta la elaboración conjunta en relación a estos dos conceptos, mediante el trabajo epistémico y clínico al que estamos todos convocados.
La Biblioteca del Campo Freudiano de Barcelona contribuirá a esta iniciativa con la puesta en marcha de talleres de lectura e investigación bibliográfica articulados con el programa del Seminario. Se desarrollarán en grupos de un limitado número de personas y podrán inscribirse en ellos quienes así lo deseen.

Comisión de organización: Rosa Mª Calvet, Laura Canedo (reponsable), Xavier Esqué y Victoria Vicente.


Bibliografía:
Miller, J.-A., Presentación del tema del VII Congreso de la AMP:
http://www.elp-debates.com/e-textos/hacia_VII_congreso_JAM.prn.pdf
Laurent, E., Sin referencia:
http://www.wapol.org/es/articulos/TemplateArticulo.asp?intTipoPagina=4&intEdicion=1&intIdiomaPublicacion=1&intArticulo=1768&intIdiomaArticulo=1&intPublicacion=28
Papers 1: http://www.congresoamp.com/es/textos/papers/papers_01_es.pdf
Papers 2: http://www.congresoamp.com/es/textos/papers/papers_02_es.pdf
Papers 3: http://www.cdcelp.org/otros/papers3_0910.pdf
Papers 4: http://www.cdcelp.org/otros/papers4_0910.pdf
Papers 5: http://www.cdcelp.org/otros/papers5_0910.pdf
Papers 6: http://www.cdcelp.org/otros/papers6_0910.pdf
Papers 7: http://www.cdcelp.org/otros/papers7_0910.pdf
Papers 8: http://www.cdcelp.org/otros/papers8_0910.pdf
Bibliografía: http://www.congresoamp.com/es/template.php?file=bibliographie/bibliographie.html
Otros textos editados: http://www.congresoamp.com/es/template.php?file=textos/indice.html
  

CALENDARIO

A las 21h los días
6 de octubre, 12 de noviembre, 1 de diciembre de 2009
19 de enero, 16 de febrero, 16 de marzo de 2010
Título
El pase: el sinthome a la salida del análisis.
Fecha
16/03/2010
Horario
21:00 h.
Participantes
Autor del texto de Silicet “pase”: Estela Paskvan
Comenta el texto: Elvira Guilañá
Coordina: Rosa Calvet
Título
La no-relación: semblantes y suplencia
Fecha
16/02/2010
Horario
21:00 h.
Participantes
Frances Vilà, autor del texto “Suplencia” en el diccionario Scilicet
Comenta el texto: Margarita Álvarez
Coordina: Laura Canedo
Descripción
SUPLENCIA 2.
Cuando recibí la Carta de Luis Solano invitándome al volumen de Scilicet me corrió un sudor frío. Inmediatamente me asaltó la idea que podéis encontrar en el primer párrafo del escrito:
“Hoy sabemos que la suplencia llena ríos de tinta en el Lacan Clásico. Un significante suple el Nombre del Padre en la metáfora delirante. Estabiliza e infinitíza el cuestionamiento de la existencia.
Mañana sabremos más de las suplencias que solidifican la humedad del cuerpo turbado y amenazado a partir del Último Lacan”.

Pensé que para contribuir al trabajo de investigar y saber sobre las suplencias a partir de la última enseñanza de Lacan, una enseñanza referenciada en el no-todo y la no relación. Había que centrar la argumentación y elegir una clínica de demostración. 6.000 caracteres dan para eso. Escogí el texto de Miller sobre los paradigmas del goce para concentrar las lecturas en relación a ese buque insignia y luego revisé lecturas de casos para escoger uno que tuviese valor explícito demostrativo. El caso del dependiente trés-cher de Estela Solano reunía todas las virtudes. La suplencia se muestra de manera Claritas –la tercera cualidad de la teoría estética de Santo Tomas sobre la Belleza -.
Por donde transitamos?? “El Seminario XX. Encore(Aún), homofónico con En-corps(En-cuerpo), evoca lo que del goce parece funcionar sin el Otro y conviene, por fin, entender.
Miller lo sitúa en la cima del sexto paradigma del goce . Presenta una inversión sensacional de la perspectiva que prima en el recorrido de Lacan. En Aún la palabra y el lenguaje son secundarios. Derivan de Lalengua, flujo fónico desjuntado de la estructura del lenguaje y anterior a la comunicación. La verbosidad autista, el fenómeno elemental, el parloteo, el pensamiento obsesivo, el arrebato y el rapto del ser son sus evidencias clínicas.
Hay hecho de goce en-cuerpo –anterior al hecho de palabra- y no hay aún relación natural al Otro –se trata de la disyunción entre registros, de la disyunción entre hombre y mujer…-.”.

Pensé que partía de una buena tesis para mostrar la clínica pragmática del espectáculo del individualismo de masas, tendente a la desconexión del vínculo y de la comunidad. Una clínica que puede tratar y dar a entender los trastornos mentales estadísticos, el goce generalizado del bla-bla-blá y los estilos de vida egocéntricos.
Ahora tengo la oportunidad de dar una segunda vuelta al asunto. Puedo construir un texto que haga de S2 en conexión con el primero. Las suplencias anudan, conectan, reparan, arman, reconstruyen… la realidad psíquica o la novela edípica del texto freudiano o colaboran en el tiempo de nombrar las cosas, especialmente el goce lacaniano de Lalengua.
Si el Sinthome es la construcción que viene anudar los tres registros, las suplencias son los elementos que realizan el trabajo de conexión. Las suplencias, valga la redundancia, suplen las no conexiones, las no relaciones…
Para este segundo tiempo de argumentación he privilegiado un texto de Clara Bardón en El Psicoanálisis 16. Se titula Nominación y creación: el sinthome en Joyce. Y la clínica la he solventado con la presentación de un caso propio, la mujer del tan poco. Para esta presentación clínica uso de apoyo un texto de Laurent, en Cuadernos de Psicoanálisis 31, titulado La poética del caso lacaniano.
Laurent reclama, para la construcción del caso, que se testimonie, al mismo tiempo, de:
a.la presentación de la envoltura formal del síntoma, b.del tratamiento de un problema de goce, de un problema real, c.y de la particularidad de la enunciación del analista que relata el caso. Todo ello, no para elaborar una forma canónica sino para tener una perspectiva común en la época de la Acción Lacaniana.
Laurent piensa que la verdadera manera de salir de la actual crisis del relato de casos debe considerar que:
1.En un caso, que es elucubración de saber, lo esencial es el resto. El resto es lo que queda olvidado detrás de lo que se dice en lo que se escucha.
2.La radicalización de la Escuela del Pase conlleva una hipótesis crucial: el saber de un caso se deposita del lado del analizante y no del lado del analista, que por su posición queda al nivel de la elucubración de saber, argumentación que puede tener su interés pero nos hace olvidar lo esencial de la poética que queremos alcanzar.
3.Miller en la Presentación del tema del VII Congreso, Semblantes y Sinthoma recuerda que en la última enseñanza de Lacan no hay ciencia de lo real. Esto da paso al analista-poeta de esta época de la enseñanza. El analista-poeta es más bien quien puede dar lugar a la demostración de que el síntoma, en su imbricación de goce con su envoltura formal, da acceso a efectos de creación.
La Acción Lacaniana, en el dispositivo analítico, en los lugares alfa o en el curso de una institución comandada por el discurso analítico, colabora a la construcción y deconstrucción de síntomas donde el goce impera o a plantear una obra abierta en la existencia de un sujeto sobredeterminado por un síntoma que no rechaza el inconsciente.
La Acción Lacaniana hace por entramar la existencia de un cuerpo vivo. Decía en el texto de Scilicet que las vías son:
a. la interpretación en resón que evoca la metonimia del plus-de-goce y su desplazamiento,
b. la colaboración a la invención del semblante que usa de la buena manera el entrenchment (atrincheramiento)–que arraiga un nombre posible para las manifestaciones de lo vivo humano-
c.y el equívoco –que muta los significantes amo en múltiples disonancias-.

El caso que enseña. La mujer del tan poco. Por un momento dudé entre presentar este caso u otro trabajado en una presentación institucional donde el analista recorta la tarea de “hacer la casa” –hacer las faenas de la casa según una programación rígida cotidiana, mensual y anual- como la suplencia que anuda una historia infantil sin neurosis con un proyecto de vida dedicado a los otros. Pero pensé que este segundo caso estaría en la misma línea que el escogido de Estela Solano para Scilicet. He decidido arriesgar y exponer un caso donde, creo, la suplencia repara una triste neurosis.
Una mujer que ronda los cincuenta años acude a mi consulta apesadumbrada por que tiene la sensación de no estar haciéndolo bien con su hija de veinte y tantos años. Esa manera de tratarla, piensa, contribuye a los malestares de la chica que, a menudo, se presenta aquejada de tristeza, abatimiento, dolores de vientre, febrículas, constipaciones y rinitis recurrente.
Me pide que atienda a la hija. Accedo.
La hija acude unas pocas entrevistas y concluye que la principal dificultad radica en la madre. Una madre que no se puede separar de ella, que se entromete en todo lo inherente a su propia vida. La transferencia no encuentra el tiempo propicio para obrar una transformación del planteamiento inicial y la chica, afectada de la relación de daño, del estrago de la madre, da un portazo.
Un tiempo después la madre decide pedir para hablar de todo ello. Le digo estar de acuerdo y acepto que, quizá, este paso abra la puerta de nuevo para su hija.
Habla de una infancia coloreada de múltiples tonalidades del gris. De un duelo interminable de su madre, una mujer del deber que no digirió el traslado de la Andalucía rural y jornalera a una ciudad dormitorio del cinturón industrial de Barcelona. En el corazón de este duelo interminable de su madre estaban la propia madre, la abuela de la paciente, y el hermano querido.
Esta historia trama poco a poco la historia de un deseo pobre soportado en el mango de una serie amplia de tan pocos: tan poca alegría en casa, tan poco padre, tan pocos gustos, tan poca relación con las hermanas, tan poca relación con la familia próxima y lejana, tan poco hablar con la madre… Estos tan poco se redoblan cuando se encuentra sin pensarlo demasiado con un novio, se casa y tiene hijos…
Al final de un matrimonio fracasado tiene tan poca tranquilidad. El hombre la acecha, la amenaza, la maltrata… y en un final apoteósico, el ex marido se inmola porque no puede vivir sin ella…
Los sueños acuden para ayudarla a construir la novela:
a.El hombre quemado, en el lecho de muerte, extiende los muñones. Y tan poco dedo queda que no pueden estrechar las manos,
b.La presencia siniestra que de siempre ha sentido como amenaza latente la lleva a soñar con la madre y le hace recordar que no se despidieron. Hubo tan poco tiempo para enterrarla, tan poco tiempo para hacer el duelo como tan poco tiempo ha habido para recordarla… En los sueños aparece junto al analista conversando… El nicho soñado de la madre, nunca vuelto a visitar, desvela episodios familiares olvidados…
Desentrañados estos asuntos tan poco divertidos queda liberada la cotidianidad de la censura habitual.
El tan poco del padre, ahora, se recrudece con el tan poco de memoria en la senectud y con el tan poco de cordura en el comer y en el sobrepeso que le deja tan poca movilidad… El tan poco de un hablar de la paciente que no esté comandado por el deber y la culpa deja paso a una conversación más abierta a los otros, a la hija, al hijo, a la actual pareja, a las amigas…
Hasta aquí el alivio por beneficio de la asociación libre y de las formaciones del inconsciente en el dispositivo.
Su supuesta docilidad, envuelta de tan poco hablar y de la obediencia debida a los padres, al marido, al jefe… nos lleva a un recuerdo crucial. Sin estudios, pero con dedicación, hace promoción en una fábrica. Poco a poco va subiendo en el escalafón. De obrera en la cadena de producción pasa a encargada de un equipo y, de ahí, a formar parte de las secretarias de dirección. Cuando los obreros protestan por el servicio y la comida de la cantina haciendo un plante y rechazando comer, ella también secunda la acción a pesar de que come en un restaurante a parte, solo para directivos. Esto llega a oídos del director. Enterado del hecho le pide explicaciones y ella, que piensa que se debe a sus orígenes, abandona el trabajo por qué “no quiere molestar tampoco”.
Ese semblante de no querer molestar tampoco, como suele ser habitual, encubre la verdad del gozar callado de las ganas de dañar, de hacer daño voraz. Unas ganas que no encuentran la manera de hacer relación, que teme se dirijan a dañar el corazón del otro, devorándolo, eliminándolo.
Para sobrellevar este molestar tampoco que da paso a malas intenciones (su 1 superyó, sourmoite –surmonter&avoir les mains moites-juego de palabras de Lacan en L’Etourdit ) produce algo parecido a un haiku –salvando las distancias con la tradición japonesa-.
El haiku dice así: tampoco no es tan poco mi vida.
Este haiku se apodera de su cabeza como la cancion del verano de los años 80. No para de canturrearlo durante unos días. En esta creación ha colaborado el analista haciendo resonar en la conversación, de manera discrecional, el tampoco y el tan poco.
Este haiku conecta la no-relación entre el tampoco del goce oral con el tan poco del daño fálico de la vida cotidiana. Establece relación y nombra una existencia. Substituye la sensación eterna de no estar haciendo bien las cosas y permite hablar de manera diferente con los otros de su vida.
El resonar del haiku la sitúa en mejor posición para afrontar eso que se entrevé que tiene contra su padre.
Y así suple, con esta nueva relación, el goce in nombrado que la machacaba. El dolor por su padre, ahora, surge como algo menor. Es más llevable que el malestar anterior. Nada que ver con lo que le dolía en el alma cuando empezó a analizarse. Está en que no sabe bien qué hacer con eso que tiene con su padre. Un rencor?, un reclamo?, un qué?
Se ha separado de la hija. La hija ha hecho pareja estable y ella ha hecho mudanzas a casa de su hombre.
Este análisis, hoy por hoy, es una obra abierta, en construcción sintomática, que tiene un entretiempo poético, de creación y de hacer nuevo.

Miller, J-A. y otros “Vacío y Certeza”, Los inclasificables de la clínica psicoanalítica. ICBA-Paidos. Buenos Aires, 1999. p. 192.
Miller, J-A. “Los seis paradigmas del goce”, Freudiana, Barcelona, 29, agosto 2000.
Laurent, E. “El reverso del síntoma histérico”, Freudiana, Barcelona, 29, agosto 2000.


Frances Vilà
Título
Falo y sinthome
Fecha
19/01/2010
Horario
21:00 h.
Participantes
Marta Serra, autora del texto Pudor en el Diccionario Scilicet.
Mario Izcovich.
Coordina: Xavier Esqué.
Título
El semblante entre Simbólico y Real.
Fecha
01/12/2009
Horario
21:00 h.
Participantes
Anna Aromí. Artefacto.
Comenta el texto: Miquel Bassols.
Coordina: Victoria Vicente
Descripción
Para presentar el volumen de Scilicet sobre Semblantes y Sinthome voy a comentar algunas indicaciones y recomendaciones en las que tomé apoyo para la redacción del término “Artefacto” del que me tocó encargarme*.
Recibí el encargo con un cierto sentimiento de urgencia por contribuir al debate actual en la Escuela Una, donde lo que está en juego es si los psicoanalistas de la orientación lacaniana sabremos situarnos como un síntoma de nuestra civilización. Se trata, como dijo Jacques-Alain Miller en la presentación del tema del VII Congreso de la AMP, de encontrar nuevos semblantes para re-presentar al psicoanálisis en el mundo. Por esto, además de intentar aclararme yo misma sobre el término que me había tocado para hacerme una idea que resultara transmisible, busqué orientación sobre la manera de presentarlo y sobre el Otro al que me dirigía.
Encontré, en el Comunicado de la AMP del 23 de octubre 2008, que Eric Laurent había recomendado para el Scilicet un uso diferente al de otras veces: “tendremos que utilizarlo mucho más de lo que lo hemos hecho hasta ahora. Este volumen desea convertirse en un instrumento de difusión, temático y legible, de los temas propios de nuestro campo para un público amplio. El Comité de Acción de la Escuela Una, que ha elaborado el índice y repartido los autores, será el agente provocador de la lectura en cada Escuela.”.
Se trataba pues de que el volumen Scilicet sea ocasión para que los miembros de la AMP intercambien entre ellos, pero que también sea un instrumento para hacerse escuchar más allá, por un público más amplio.
Por otra parte el Comité de redacción, compuesto por Eric Laurent, Luís Solano, Pascale Fari y Hervè Damasse, junto con las indicaciones para la redacción de los textos (6.000 signos, tipo de letra, interlineado, bibliografía…), encomendaba a los autores un ejercicio inhabitual: “hacer escuchar la voz de cada uno, lo más pura posible”. Para ello, cada artículo debía tratar un tema concreto pero sin pretender dar una definición general ni hacer un recorrido exhaustivo, sino mostrándolo bajo un aspecto parcial y poniéndolo en tensión con el binario semblantes y sinthome.
Cumplido el encargo, tengo que decir que la experiencia de trabajo con el Comité me resultó altamente estimulante. Un ejemplo de cómo se sostiene una transferencia de trabajo concreta, esto es no en absentia ni en effigie, sino viva y presente. Y es que según cómo se trabaje con los colegas se van a producir unos efectos u otros, y esto depende de cosas concretas, de cómo se redactan las notas, de cómo se está disponible… Por ejemplo yo tuve la suerte de disfrutar de una conversación on-line tan amable como rigurosa con Pascale Fari. Decir que le debo una lectura atenta de mi texto sería decir poco: en realidad se apropió de él hasta obtener de su autora la expresión que le parecía más precisa o la traducción más adecuada. Y todo ello circulando ambas en una especie de neolengua, un mixto entre francés, castellano y lacanés que, con todo, conseguimos hacer funcionar razonablemente.
En resumen, para mí la participación en este Scilicet ha sido una ocasión más para compartir el agalma de la enseñanza de Lacan y de la orientación de Miller con los colegas de una escuela sin fronteras, al menos sin fronteras geográficas. Ha sido encontrarme con la Escuela Una, con la AMP, como objeto libidinal. Y es que la escuela lacaniana, o es un objeto libidinal que hacemos circular o es burocracia.
Entonces, nuevos semblantes para el psicoanálisis son nuevos significantes pero también nuevas formas de disfrutar y de apropiarse de los que ya tenemos.


* Presentado en la Comunidad de Catalunya de la ELP. En ese momento únicamente se disponía del volumen en francés, razón por la cual la intervención de la autora consistió en la lectura del texto en castellano para iniciar el debate.

Anna Aromí
Título
"El arco iris del goce, aún...". Leonardo Gorostiza“El concepto de semblante en Lacan”. Vicente Palomera
Fecha
12/11/2009
Horario
21:00 h.
Participantes
Coordina: Shula Eldar.
Título
Presentación de las VIII Jornadas de la ELP
Fecha
06/10/2009
Horario
21:00 h.
Participantes
Lucia D´Angelo. Presentación de las VIII Jornadas de la ELP. La soledad del psicoanalista. La práctica analítica.
Francesc Vila. Los aparatos de contrasoledad y el affectio societatis en la Escuela.
Antoni Vicens. La soledad del hereje.
Marta Serra. La subjetividad del analista.
Hebe Tizio. Cómo se mantiene la soledad del analista en la práctica.
Descripción
Sería difícil negar que la soledad, esa experiencia mayor de la existencia, evoca en la lengua un rasgo de negatividad. La declinación del discurso de hoy en día denuncia, como una especie de maldición, la soledad a la que el sujeto contemporáneo parece verse sometido. Y ve con impotencia, como en el imparable repliegue sobre sí mismo, el hombre de la modernidad se enfrenta a la paradoja de no querer sentirse descartable, abandonado a sus propios recursos y demanda la compañía del semejante. Al mismo tiempo que experimenta la amenaza que suscita el encuentro con el Otro. El empuje a huir de la soledad, hace retornar al sujeto al inevitable exilio de sí mismo. Mostrándole que, de una u otra forma, la subjetividad está inexorablemente atravesada por un encuentro siempre fallido.
Es un hecho que el psicoanalista, en su práctica, está solo. Freud, en la laxitud con la que enmarcaba la praxis, dejaba al psicoanalista dirigir la experiencia con su propio estilo, previniéndolo de los riesgos de la identificación. Dicho de otra forma, lo remitía a la buena forma de la soledad, aquella que solo se orienta en la relación del analista con su propio inconciente. "Lo colectivo no es nada más que el sujeto de lo individual", escribía en 1923. Y de la misma forma que remitía a cada Psicoanalista a su propia soledad, no dejaba de afirmar que el Psicoanálisis “es una obra exquisitamente colectiva” se lo decía en una carta a George Grodeck, siempre refractario a hacer de las soledades una serie.
Pero es sin duda Jacques Lacan, quien al fundar su Escuela hace resonar, con la precisión adecuada, una interpretación que conmueve el edificio del movimiento analítico: “tan sólo como siempre he estado en mi relación con la causa analítica”. Tan solo, podemos afirmar, como cualquier analista está en relación con aquello que lo causa.
Lejos estamos de entender la soledad del Psicoanalista como una forma de dramatismo. Más bien nos inclinamos a inscribirla como una de las satisfacciones del encuentro con la diferencia absoluta. Es el resto de buen humor que puede desprenderse de lo singular, y de lo imposible. La disociación entre causa e ideal, reenvía al practicante al esfuerzo por discernir, de que manera, la soledad de cada uno, está sostenida por el efecto de vivificación que ha sido extraído del propio análisis.
Kazimir Malevich, al que hemos elegido para ilustrar el afiche que nos acompaña en esta VIII Jornadas de la Escuela, supo, sin duda plasmar el sin semblante de una soledad compartida pero infinitamente extranjera.
En uno de sus escritos más interesantes, publicado en 1927 por la Bauhaus en Dessau, supo transmitir, con una claridad meridiana la buena posición del sujeto con la verdad: “Cada hombre quiere sobre todo conocer la Verdad, cualquier impresión de lo 1 no le satisface, más que eso, quiere conocer las causas de todas las causas, y es por ello que construye una cultura entera con diversas llaves maestras para, con ellas, abrir la cerradura de la silenciosa naturaleza, que para ocultar su auténtico secreto ha escondido la llave, por eso es poco probable que alguien un día llegue a encontrarla.”
Efectivamente la llave está perdida y todo indica que para siempre. De ahí que la soledad, más que una maldición de la existencia, es para el analista el buen partenaire cotidiano, aquel que inaugura, de una manera inédita, un discurso sin palabras. Donde la inescrutable opacidad del origen tiene la posibilidad de transmutarse en entusiasmo por la vida.

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