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Síntoma y sublimación

«Singularmente, pero necesariamente, creemos, nos vimos llevados a Freud.
Puesto que la fidelidad a la envoltura formal del síntoma, que es la verdadera huella
a la que tomábamos gusto, nos llevó a ese límite en que se invierte en efectos de creación.»

    J. Lacan, “De nuestros antecedentes”


La lectura por parte de Lacan de la sublimación freudiana se modifica a lo largo de su enseñanza. Podemos destacar, entre otras, una serie de referencias: en el Seminario IV, en relación con Leonardo, se articula con el narcisismo y se plantea su relación con la idealización; luego, en el Seminario VI, es situada, a partir de Gide, como lo que permite una equivalencia entre el deseo y la letra. A continuación, en el Seminario VII, se examina su problemática a partir de la plasticidad de la pulsión y con la creación, definida como el modo en que el hombre “modela el significante a la imagen de la Cosa”. No sin precisar que esta última es aquello de lo real que padece del significante, y, por tanto, carece de imagen.
Vinculada desde entonces a la función del vacío, es retomada en el Seminario XVI para destacar el papel que desempeña el objeto a respecto de la vacuola del goce sexual –en lo cual podemos ver un modo de anticipar la tesis de la inexistencia de la relación sexual.
¿Y el síntoma? En “Reflexiones sobre la envoltura formal del síntoma”, J.-A. Miller pone de relieve el pasaje de “De nuestros antecedentes” donde Lacan lo relaciona con la creación. Su fórmula, tan precisa como condensada, que hemos puesto como exergo, nos invita a un trabajo de elaboración para situar, en la teoría y caso por caso, de qué se trata en ese límite que menciona. Límite que él mismo nunca dejaría de explorar, concibiéndolo en función de distintas topologías, desde el esquema L hasta el nudo, pasando por el grafo del deseo.
En este sentido, podríamos decir que el síntoma es una producción del sujeto como respuesta de lo real, y que la meta del análisis es acompañarlo más allá del punto donde su dimensión de creación se evidencia y se puede asumir en forma de un hacer con él.
El vínculo entre síntoma y creación será retomado por Lacan bajo nuevas premisas en su última enseñanza, cuando en el Seminario XXIII introduce el término escabel, articulado y al mismo tiempo opuesto al de sublimación. Ello supone un reexamen de la función y el valor de lo imaginario, poniendo de relieve más aún la multitud de registros en los que el parlêtre opera con su síntoma como tratamiento de su modo de gozar.
A lo largo de los diversos encuentros dentro de este espacio, nos proponemos examinar distintos aspectos de esta problemática.

Comisión: Enric Berenguer, Irene Domínguez, Shula Eldar (responsable), Pilar Foz y Howard Rouse.

CALENDARIO

Martes, 19 de mayo de 2020. Actividad on-line vía ZOOM

El síntoma, obra de una vida, por Enric Berenguer

¿Cómo puede el sujeto hacer suyas las marcas que aparentemente le han venido impuestas por las contingencias de la existencia? ¿De qué modo puede encontrar en cada una de ellas el sello de una elección y en su serie el trazado de un estilo? Se trata de una pregunta a la cual la clínica del fin del análisis, revelada por el pase, aporta preciosas respuestas. La propia invención de su mecanismo por parte de Lacan aspiraba a explorar ese punto crítico de la experiencia, que calificó como "reversión".

 

Síntoma y sublimación, por Jorge Sosa
La diferenciación entre síntoma y sublimación la encontramos desde los primeros textos de Freud. Son modos de satisfacción de la pulsión que pueden coexistir o alternarse en un mismo sujeto. También son respuestas distintas a la imposibilidad de la pulsión de lograr una satisfacción plena. Este real es lo que llevó a Freud a afirmar que las creaciones de la cultura tienen su origen -o su causa- en esa disarmonía radical entre el sujeto y su goce. Algo opuesto a la idea, también presente en Freud, de que es la cultura la que impone al sujeto un sacrificio de su goce.

Modera: Shula Eldar

 

Martes, 2 de junio de 2020. Actividad on-line vía ZOOM

El deseo y la letra, por Claudia González
¿Qué quiere decir que la sublimación permite equivaler deseo y letra? Esta pregunta nos orientará para pensar también la letra, entre agujero y recipiente. Nos apoyaremos en enseñanzas de artistas como L. Bourgeois y S. Beckett.


La letra del goce: perversión, neurosis, sublimación, sinthome, por Howard Rouse
El perverso sublima, dice Lacan, pero lo consigue taponando con el objeto a el agujero en el Otro, evitando así el goce. El neurótico, por su parte está destinado al fracaso de la sublimación. Solo el artista es capaz de hacer resonar en el objeto a el goce sintomático que lo trasciende, y de él el neurótico puede aprender

Modera: Shula Eldar

Ref. Bibliográficas:

-. Capítulo XXVII, del Seminario 6 de J. Lacan, "Hacia la sublimación”.

-. "La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud", en Escritos I. J. Lacan

-. Seminario 16 de J. Lacan: Cap. XIV, "Las dos vertientes de la sublimación" y Cap. XVI "Clínica de la perversión".

-. “La lettre volé ou le vol sur la lettre”, Éric Laurent, en: La Cause freudienne n° 43, « Les paradigmes de la jouissance » p. 22.

 

Hora: 20:30 hs

Actividad On-Line vía ZOOM

Se enviará con antelación las claves de acceso a la sala ZOOM.

 
 
 
 
Horario
A determinar

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